Fauna de la Ciudad de México
Hace ya algunos años iba camino a casa desde el trabajo, cuando me encontré un tlacuache envenenado, seguramente por un vecino de mi colonia. Sentí mucha tristeza al verlo sin vida sobre la banqueta, pero más que nada, sentí impotencia y algo de rabia. ¿Cómo era posible que la gente pudiera asesinar animales tan hermosos, inofensivos y, además, tan importantes para el ecosistema como lo son los tlacuaches?
Esa tarde me quedé reflexionando sobre esa realidad; es decir, el daño que se le ocasiona a la fauna urbana y el porqué de ello. Llegué a la conclusión de que, más que a cualquier otra cosa, se debe a la ignorancia y falta de empatía hacia los animales de nuestra propia ciudad. Y es que, ¿quién nos enseña sobre la fauna con la que coexistimos a diario? Realmente, nadie. Tampoco conocemos de primera mano a estas especies y por ello no podemos sentir empatía hacia ellas.

Miles de especies habitan la ciudad
La Ciudad de México alberga unas 2,254 especies distintas de fauna, entre helmintos, moluscos, artrópodos e insectos, aves, anfibios, reptiles y mamíferos. Sin embargo, al ser una de las ciudades más contaminadas y pobladas del mundo, los mexicanos solemos creer que entre tanto concreto es imposible que existan la fauna y la naturaleza. Por esta razón solemos ver a la naturaleza, y a todos los problemas ambientales que la aquejan, como algo lejano y ajeno a nosotros. Es por eso que, como fotógrafa conservacionista, decidí unir la fotografía con la ciencia y educación en este proyecto que nombré Fauna de la Ciudad de México para que pudiera cambiar esta percepción.
Conocer para conservar
Por medio de exhibiciones fotográficas y talleres en escuelas, busco acercar a la gente - y sobre todo a niños y jóvenes - a la fauna y naturaleza que nos rodea ya que creo firmemente que, si no llevamos este conocimiento directamente a ellos, no podremos hacer que la sociedad se interese en la naturaleza y todas las problemáticas que enfrenta. Fauna de la Ciudad de México está demostrando que el acercamiento con la sociedad e involucramiento de ésta es fundamental para obtener resultados. En este punto puedo decir, sin duda alguna, que sin educación no hay conservación ni coexistencia.

